Impuesto a la Riqueza y sus efectos macroeconómicos

La reciente reforma tributaria (Ley 1739 de 2014) vino a agravar el perverso efecto de poner a tributar directamente a los activos productivos por el solo hecho de existir en Colombia, extendiendo hasta 2018 una cadena de errores tributarios iniciados en 2002 (Decreto 1832 de 2002 y Ley 863 de 2003). En particular, el fisco nacional: i) se ensañó contra las firmas, dejando sus tasas efectivas en un altísimo 45% sobre las utilidades aun en 2018, cuando el Impuesto a la Riqueza se sustituiría totalmente por sobretasas al CREE (con gravámenes hasta de un +18% sobre el Imporrenta); y ii) tan solo estaría percibiendo recaudos adicionales del 0.5%-0.7% del PIB por año por dicha Ley, quedándose muy corto respecto del 2% del PIB de recaudo adicional requerido para enfrentar crecientes presiones de gasto en salud, pensiones e infraestructura.