Los desafíos de mediano plazo para el segundo período de
Obama (2013-2016) son monumentales, destacándose los problemas fiscales en
salud (Obamacare) y pensiones. El problema es que las debilidades en la
actividad económica, en el corto plazo, probablemente darán una buena excusa
para continuar pateando estos problemas hacia adelante, pero no por mucho
tiempo más. Las calificadoras de riesgo ya se han empezado a preocupar por la
insostenible trayectoria de la deuda pública, donde Moody’s y Fitch aguardan el
diseño de un programa serio de ajuste fiscal estructural para evitar tener que
replicar la rebaja en el grado triple-A que adoptara S&P en el 2011.