El mercado de la vivienda en
Colombia se encuentra en una etapa de reacomodamiento, donde la escasez por
cuenta de choques a la oferta está, en el corto plazo, encareciendo aún más sus
precios. Es entonces urgente que el gobierno nacional continúe tendiendo
puentes de entendimiento con el Distrito de Bogotá, a fin de agilizar la
disponibilidad de suelo urbanizable y de los servicios de agua y alcantarillado
que habiliten sus licencias. Por el lado de la demanda, es importante tomar
conciencia del posible anticipo del fin del auge minero-energético, lo cual nos
llevaría también a un posible rasgamiento de la burbuja hipotecaria, sin
esperar a que ocurra una gran reversa en los términos de intercambio de
Colombia.