La inflación de junio
continuó registrando niveles relativamente estables y consistentes con una
inflación del 2.6% para finales de 2013. Dada la preocupante desaceleración
económica, que ha llevado a muchos analistas y a Anif a reducir sus pronósticos
de crecimiento del 4% al 3.8% para el 2013, es claro que existe espacio para
acentuar las políticas fiscal y monetaria-cambiaria contracíclicas. En el
componente fiscal, se requiere más gerencia para ver mejores resultados en la
aceleración de las obras de infraestructura. En el componente monetario, existe
espacio para llevar la tasa repo-central al 3%, dada la holgura en las brechas
de inflación y de producto. Por último, en el componente cambiario, lo sano y
óptimo es dejar flotar la tasa de cambio, la cual ha dado un estimulante giro
de apreciaciones del 10% hacia devaluaciones del 8% anual, dejando en total
obsolescencia cualquier intento de manipular el marco regulatorio de los
portafolios de las AFPs para fabricar devaluaciones efímeras y que pondrían en serio
riesgo la transparencia y rentabilidad de los ahorros del público.